En
mis tiempos le llamábamos batidos o licuados y el plátano con leche era la
estrella…Ahora le llaman smoothies….típicos de la cultura Americana y nacidos
en los años 30…los hay de todo, en todos los supermercado y en todos los
países, una alternativa al zumo, yogur, o bebida tentempié en las grandes
ciudades.
Hace varios años, cuando no conocía el famoso
“smoothie” me asombraba ver en cómo los
consumían los jóvenes en Londres, sobre todo durante el lunch para volver luego
al trabajo...me asombraba también el precio, pero la verdad estaban buenísimos!
Ahora ya son communes en todos nuestros
supermercados pero creo que la alternativa casera es mucho más económica y puede
dar rienda suelta a nuestra imaginación.
El secreto es la variedad, la combinación y el sabor de la fruta fresca
con nada de azúcar..
Incorporarlos
en nuestra dieta y la de nuestros niños en cualquier momento del día es una
alternativa muy sana a los batidos de brick, los zumos de brick y las meriendas
brick!
Algo diferente:
½ plátano
500 cc zumo de naranja
2 cuch. De jengibre rallado (solo el
zumo)
1 mango
cubos de hielo
Como prepararlos:
Primero que todo decidan el sabor
principal, después la temperatura con la que quieren servirlos, la consistencia
final que desean y, por último, su aporte calórico.
Bases:
Todo tipo de frutas frescas,
congeladas o en conserva.
Cuerpo:
Leche o yogurt en todas sus
versiones y si tienes calorías para derrochar: helados, zumos naturales o envasados, en fin, todo vale
hasta los smoothies con café, al gusto de capucino, con cacao, horchatas…etc.
etc.
Me chiflan especialmente los que
combinan frutas del bosque, si no son frescas, las que encontramos en los
congelados de los supermercados van de maravilla…
En resumen, los smoothies son una
alternativa excelente para nuestros encuentros con amigos o una merienda de los
niños, incluso en un cumpleaños…bien decorados, con rodajas de limón, una fresa
o lo que tu imaginación decida! Lo más importante: tener siempre fruta fresca o
congelada en casa!