El nombre del yogur o yogurt tiene su origen en una palabra búlgara: 'jaurt'. Procede de la zona de los Balcanes y Asia Menor. Las tribus nómadas pronto se dieron cuenta de que la leche se convertía en una masa semi sólida al transportarla en sacos de piel de cabra, porque el calor y el contacto de la leche con la piel de cabra fomentaban su fermentación mediante la acción de bacterias ácidas. Fue un alimento esencial para estos pueblos. Dicen por allí que el Gengis Khan obligaba a sus tropas a consumir yogur para fortalecerse y tener una salud envidiable. Pronto el yogur se incorporó a la cocina de numerosas civilizaciones. Los griegos lo utilizaban para curar problemas de estómago e intestinales. Por su parte, en La India , era conocido como 'dahi', alimento que se atribuía a los dioses.
PROPIEDADES NUTRITIVAS
A raíz de los descubrimientos de Metchnikoff, premio Nobel en 1908, el yogur se convirtió en un alimento popular durante el siglo XX. La longevidad de los pueblos balcánicos llamó la atención de muchos investigadores, entre ellos, Metchnikoff, que gracias a sus estudios demostró cuáles eran los efectos de las bacterias del yogur sobre la flora intestinal
Los organismos vivos de este alimento transforman la lactosa en ácido láctico, un componente que impide el desarrollo de bacterias dañinas en el intestino derivadas de la descomposición de los alimentos. También posee gran cantidad de vitaminas del grupo B.
La acción sobre el sistema digestivo convierte al yogur en una auténtica defensa natural contra todo tipo de infecciones y enfermedades. Además, reduce el colesterol y permite absorber las grasas mucho más fácilmente, además de equilibrar el intestino, controlando los posibles casos de diarrea y estreñimiento. También minimiza los efectos negativos de los antibióticos y protege el estómago de la erosión que producen algunos medicamentos.
Luego de la introducción histórica y sus bondades…una receta para poner más yogur en tu mesa:
Ingredientes para 4 personas: 400 gr de pasta (conchigle), finas hierbas, un diente de ajo, aceite de oliva, 250 gr de yogur, 50 gr de parmesano, 6 tomates pera maduros, sal.
En un bol trabajar bien el yogur incorporando lentamente 125 cc de aceite de oliva, sal y calentar al baño maría. Picar las finas hierbas y agregar junto al ajo triturado. Hervir la pasta al dente, pelar los tomates en agua hirviendo, quitar las semillas y cortarlos en tiras, pasarlos por una sartén con poco aceite de oliva hirviendo para darles sabor, agregar sal luego de escurrir. Disponer la pasta ya escurrida en una fuente, condimentar con el parmesano, versar la salsa de yogur y disponer encima el tomate…servir bien caliente.
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